Título: Los cuerpos de las últimas veces (Los cuerpos #2)
Autor: Iñigo Aguas
Editorial: Planeta
Año de publicación: 2020
Nota: 3/5
SINOPSIS: Mientras Alex y Eric intentan echar tierra de por medio, su relación comienza a transformarse… pero ¿están preparados para dejar atrás sus sentimientos? La lucha por ser quienes son les llevará a un camino en el que su amor vuelve a desafiar todas las normas.
OPINIÓN PERSONAL: La historia de Eric y Alex es muy adictiva, y el cierre del primer libro dibujaba un giro de los acontecimientos que podía poner en riesgo su relación como pareja, por lo que esta novela tenía un nuevo aliciente: el misterio de cómo iba a resolverse todo.
Con ello quiero decir que, la tensión sexual del primer libro ya la imaginamos, y las idas u venidas de los dos también. Ahí no hay novedad, ni creo que el lector lo espere, por lo que el otro punto se convierte en la clave del éxito o del fracaso de la trama.
Vista la nota que he puesto, os daréis cuenta de que le doy un poco más que un aprobado. Sin embargo, debo confesaros que creo que este libro es mejor que el primero, pero tampoco puedo darle más nota, ¿por qué? Os cuento en detalle.
La trama de intriga creo que está bien llevada. Ahí espacio para que el lector se plantea si todo se va a ir al traste o van a conseguir superar todas las barreras. Esa disyuntiva es lo mejor del libro.
Además los personajes secundarios, en esta parte, juegan un papel mucho más principal. Por citar algunos:
- Gala: me gusta mucho lo que aporta este personaje a la historia, tanto en la primera parte como aquí. Creo que es una forma de demostrar que los amigos de verdad vuelven, incluso después de haber decidido marcharse, por el bien común.
- La hermana de Eric: es un personaje que ni fu ni fa durante toda la obra, aquí mete la pata con un elemento que supone un punto de inflexión y mayor tensión a la historia (no diré más por no hacer spoilers), pero luego también sirve para hacer más llevadera la salida del armario del protagonista. Creo que es un alegato del autor a que la familia ayude a esa transición y arrope en el momento en el que se la necesita, evitando juicios y miedos sociales.
- Carlos: otro punto de la inflexión. Desde el principio se ve que no va con unas intenciones muy claras, y que su comportamiento obsesivo hacia Eric puede complicar mucho las cosas. Por lo que el giro que se plantea en este caso, puede ser fácilmente visto por el lector.
El contrapunto, que es donde pierde para mí los puntos que gana con la novedad de esta segunda entrega, es que a mi juicio la parte de relación sexual sigue siendo demasiado explícita, y en ocasiones me resulta burda.
No creo que por detallar todo lo que hacen de puertas para dentro la novela gane alicientes. Tampoco resulta más creíble. Creo que se trata únicamente de evidenciar una relación entre dos chicos con todo lujo de detalles. No sé si por visibilizar y normalizar, o por buscar el morbo del lector. Y es que, como ya dije en la crítica de la primera parte, esto es un “50 sombras de Grey” en versión LGTB.
Para finalizar diré que el cierre de la novela me ha gustado mucho. Creo que el autor cierra prácticamente todos los cabos abiertos. Es verdad que echo en falta un poco más de información sobre cómo termina todo lo que respecta a los padres de ambos (Eric y Alex). Creo que ahí hay espacio por si en un momento dado se quiere hacer alguna distensión de la historia. Supongo que dependerá del éxito de estas dos.
En lo que respecta a la relación de los dos protagonistas el lector va a quedar conforme. Creo que se afronta bien la parte que tiene que ver con los prejuicios sociales, incluso los que tienen que ver con quererse ellos mismos. También se ve una evolución necesaria en Alex, que hará mucho más creíble el desarrollo de los acontecimientos.
El libro se lee rápido, por lo que puede ser una lectura a recomendar para aquellos que quieran distraerse un poco y leer algo de erótica con ese toque LGTB.