Título: Los enclaves dorados (Escolomancia, #3)
Autor: Naomi Novik
Editorial: Umbriel
Año de publicación: 2023
Nota: 4/5
SINOPSIS: Lo único que nadie menciona nunca dentro de la Escolomancia es lo que hará cuando salga. Ni siquiera el alumno de enclave más rico tentaría al destino de esa forma. Pero no soñamos con nada más que con la exigua posibilidad de cruzar las puertas y toparnos, contra todo pronóstico, con una vida por delante, una vida alejada de los pasillos de la Escolomancia.
Ahora, ese sueño inalcanzable se ha convertido en realidad. He salido del colegio —todos hemos salido— y ni siquiera me ha hecho falta convertirme en una monstruosa bruja oscura para lograrlo. ¡Vaya con la profecía de muerte y destrucción de mi tatarabuela! No maté a los miembros de enclave, sino que los salvé. Yo, junto con Orion y todos nuestros aliados. Nuestro plan para la graduación salió de maravilla: los salvamos a todos, convertimos el mundo en un lugar más seguro para los magos y devolvimos la paz y la armonía a todos los enclaves.
¡Ja, ni de broma! En realidad, todo se ha ido al traste. Otra persona se ha agenciado en mi lugar el proyecto de destrucción de enclaves y es probable que todos aquellos a quienes hemos salvado estén a punto de morir por culpa de la guerra de enclaves que se avecina. Y lo primero que debo hacer ahora, tras haber escapado milagrosamente de la Escolomancia, es dar media vuelta y hallar el modo de volver a entrar.
OPINIÓN PERSONAL: Visto el desenlace de esta trilogía tengo claras dos cosas: la primera, que Naomi Novik es una de las autoras más creativas que he visto en el panorama literario reciente. La segunda, que sus historias tienen mucha contextualización e información superficial, y que tarda mucho en llegar a lo que de verdad quiere decir. Con esto en mente, creo que cualquier lector podrá decidir si esta es o no una saga para él. No obstante os voy a decir más, sin hacer spoilers.
En esta tercera parte arrancamos en el punto en el que se quedó la trama en la segunda (“El último graduado“) y los primeros capítulos tendremos a una El (Galadriel) totalmente perdida y bastante más blanda que de costumbre. Su paso por la Escolomancia y el desenlace que tuvo le llevan a replantearse cuáles serán sus siguientes pasos, pero no parece tenerlo del todo claro. Además, el reencuentro con su madre y con la sociedad en general le generan cierto desasosiego, y es que nunca ha terminado de sentirse del todo cómoda entre seres humanos.
Me ha costado adaptarme a este giro en la forma de ser de la protagonista, ya que creo que su ironía ácida es parte del encanto que nos cautivó en el primer libro de la saga. Aquí hay pequeños retazos de esa El, y eso a veces resulta un tanto desconcertante.
Sin embargo, algo cambió en ella tras su paso por la escuela. Ahora tiene amigos y es capaz de ver más allá de la profecía con la que acarrea desde su infancia, más aún con el último de los libros que tomó de la Escolomancia y que parece augurar un nuevo desarrollo de Enclaves. Precisamente el título de este final plantea para el lector un camino hacia ese sentido: descubrir cómo generar esos nuevos emplazamientos para magos.
Aspiraciones a parte, la realidad termina por imponerse y generar un cambio de planes para todos. Y es que los Enclaves de todo el Globo comienzan a verse atacados por Milfauces. ¿Quién los envía? ¿Con qué propósito? El se verá envuelta en esa investigación -y salvación- de una sociedad que tampoco le termina de despertar demasiada simpatía. Le acompañarán algunos personajes secundarios bien conocidos por el lector, entre los que destacan Aadhya y Liu, además de sumarse Liesel, que será un personaje con mucho peso en esta novela.
Pero, ¿qué pasa con Orion? A esa pregunta no os puedo responder del todo, pero sí que os diré que estará presente en este libro y descubriremos mucho más acerca de su pasado y el por qué es como es: héroe y súper cazados de mals. Creo que esa parte es de las más disfrutables por el lector, además de el gran giro que se plantea cuando se habla de cómo surgen los Milfauces y con qué están vinculados.
Ahí es donde la autora ha demostrado, a mi parecer, que es capaz de reinventar dentro de un género muy manido como es el de los magos y las escuelas de magia. Ya lo tuve un poco claro al leer el primero de los libros de esta trilogía (“Una educación mortal“), pero ahora no me cabe duda. Y eso hay que elogiárselo, porque además crea un relato totalmente plástico y muy realista en cuanto al desenlace de los acontecimientos. Además de incluir potentes mensajes en torno a la amistad, el amor, la familia, la corrupción por el poder, etc. De ahí mi puntuación de los libros.
Pese a eso, esta trilogía se me ha hecho un poco bola. La razón es la forma que tiene de escribir y de cómo acaba llegando a las cosas. Tenemos una pluma trabajada, pero que se detiene en exceso en detalles muy contextuales que disfrazan el hilo de la historia. Los capítulos son tremendamente largos y el ritmo acaba por ralentizarse mucho, incluso en los momentos de más tensión. Y eso que es capaz de impulsarlos y dejar al lector con la boca abierta. El problema es que cuando llegamos a algunas partes, al menos en mi caso, he terminado por sentir que queda todo tratado de forma muy superficial. Y hablo de momentos que eran claves, uno de ellos, sin ir más lejos, el propio final. En tres páginas resuelve algo que el lector está esperando todo el libro.
En mi caso necesito más. Es decir, si eres capaz de contextualizar tanto, dame más espacio para digerir y disfrutar de los momentos cumbre. Aquí no he sentido eso. Bien es cierto que hay un tema referente a la familia de El, que es parte de la incógnita que también arrastra la historia, que he sentido mucho más cuidado a la hora de trasladárnoslo. Igual que un momento que tendrá como protagonistas a El y a varios ex compañeros de la Escolomancia, incluido Orion. Un momento que hará que se le salten las lágrimas al lector y se le comprima el corazón. De verdad, de lo mejor de esta novela. Y hasta aquí puedo leer para no hacer spoilers.
En suma, me quedo con buen sabor de boca con esta propuesta, aunque me habría gustado “menos paja y más chicha” repartida durante los tres libros. Si te gusta la fantasía, y la magia en especial, puede ser una buena propuesta para ti.